LADY ANNE BLUNT

Una vida de viajes por y para el caballo árabe...

                                                                       por Jose Ardura                    
Todo aficionado y conocedor de la historia del caballo árabe de alguna manera habrá odio hablar de las 1000 historias en desierto de la incansable y amante del árabe “Lady Anne”.
Sobre la historia del caballo árabe, se puede comprobar que se trazo una línea cronológica desde lo que presumiblemente fueron los orígenes de la raza arábiga equina, pasando por la influencia de la raza en el norte de África y en la Península Ibérica del Medievo, es decir , al-Andalus.
Lady Anne Blunt con Sharifa.
Siendo fieles a esas líneas iniciales corresponde reconocerle la evolución de la raza en la Alta Edad Media, pero no obstante aunque desde aquel entonces ya el caballo árabe era selección pura por sus máximos fieles, los beduinos, no obstante la realidad y verdadera identidad mundial del P.R.Árabe o como algunos prefieren llamarlo "Pura Sangre Árabe" de hoy día se traza pasados unos siglos y de forma más reciente en lo referente al caballo soñado, ese caballo del desierto que dio lugar a las razas que hoy dominan el panorama ecuestre internacional, no solo por sus diferentes y múltiples prestaciones propias como raza, sino por su belleza, en la que el toque árabe, sigue presente de forma patente, como es el caso del Pura Sangre Inglés.
Buscando un punto de partida o quizás uno de los más importante para lo que hoy todos reconocemos como un caballo en esplendor y de máxima actualidad e incomparable por belleza y cualidades podemos remontarnos al día de Navidad de 1877, J.h. Skene, el cónsul británico en Alepo (Siria), tiene a dos invitados británicos que serán de vital importancia en la creación del Pura Raza Árabe moderno, el matrimonio Blunt, una pareja de extraordinarios aficionados que comprarán tal día la primera potra de la que será su legendaria yeguada, “Dajania”. En Europa hace ya tiempo que son reconocidas las virtudes de los caballos del desierto, y los siglos XIX y XX serán aquellos en los que más expediciones a Oriente se produzcan en busca de sementales y yeguas con los que mejorar la cría caballar de diferentes países. Precisamente en Alepo, en 1704, Thomas Darley, también miembro del cuerpo diplomático británico, había adquirido un potro de cuatro años que en poco tiempo sería uno de los caballos más famosos del Mundo, “Darley Arabian”, uno de los tres sementales árabes que al ser cruzado con yeguas inglesas, conformarían el Thoroughbred (el Pura Sangre Inglés).Sin duda son años de devoción y pasión , unificado el mundo con un mismo objetivo, en los que las fronteras en el Medio Oriente, tal y como las conocemos hoy, eran inexistentes. El beduino aún vivía recorriendo el desierto, seguía fiel a un modo de vida milenario, y por ello, seguía criando caballos como sus ancestros hicieron generación tras generación, adentrándose en el verdadero desierto para buscar ese caballo rápido, resistente y bello en extremo, aunque muchos visitantes extranjeros y buscadores del afamado caballo por aquel entonces fueron los que quedaron décadas viviendo entre jaimas y oasis, pues quedaron cautivados por un modo de vida que aún era puro y carente de las innovaciones que ya avanzaban por todo Occidente.
Los Blunts.
Lady Anne Blunt además ya de por si ser una romántica enamorada de la belleza del caballo árabe, era además nieta del insigne Lord Byron. Los Blunt serán conocidos como incansables buscadores de caballos, viajeros y aventureros, y en este primer viaje, adquieren más caballos que llevarán a Inglaterra, como la yegua con la que Lady Anne recorrió buena parte de los territorios orientales “Sharifa”. El matrimonio quedó tan atrapado por el perfume del desierto y sumaron tantos viajes a Oriente, que finalmente adquieren una propiedad en Egipto, en las cercanías del Cairo. Mientras tanto, fueron creando la base de la ganadería en Crabbet Park, en Sussex, cuyo inicio oficial esta fechado el 2 de Julio de 1878, cuando los primeros ejemplares comprados llegan a la finca. En Egipto entran en contacto con Alí Pachá Sharif, gobernante del país en aquel entonces, y a la par, un afanado criador de caballos árabes, al que en 1889 le compran a Messaoud, un semental clave en la genealogía árabe actual. Por aquel entonces, Egipto carecía de la estabilidad necesaria como para mantener un proyecto de cría como el de Alí Pachá, y sus herederos, en 1897, deciden vender prácticamente todos los productos que su padre había reunido. Por suerte, los Blunt están allí para adquirir tan importante lote de selección, sementales y yeguas son comprados casi en su totalidad, mandando parte a Inglaterra, y dejando otra en Sheik Obeyd, su finca de Egipto. En estos dos lugares, los Blunt consiguieron definir líneas de Pura Raza Árabe de una calidad extraordinaria, y por todos es conocido el celo que pusieron en la selección de los ejemplares con los que se quedaron. Este esfuerzo nos recuerda la gran labor a principios del siglo XX, en una época inexistente de los medios actuales y que mediante viajes, paciencia, trabajo, dedicación y esfuerzo dieron lugar a las diferentes y exquisitas líneas de caballos árabes conocidas en la actualidad en todo el mundo, entre las que destacan el caballo árabe español, o lo que es lo mismo el Pure Spanish, y cuyos trabajos y desvelos podemos leer en las letras que nos dejo el capitán Luis Azpeitia de Moros, reconocido aficionado, y militar de caballería de los de la época.
Tras la selección y producción de cría por parte de Lady Anne queda claro y es evidente la tendencia que le motivaba, dentro de las 5 vertientes básicas del árabe la línea Muniquiyah fue la que siempre definió su mayor ambición, ejemplo a seguir y la que marco su idéa cría, una línea que conjugaba la plenitud de lo que ella entendió como el árabe que bien podía ser perfecto o como ella decía... "La línea Muniquiyah es una estirpe a parte", y que sin lugar a critica o discusión fue un pleno acierto.
Lady Ann montando a Sharifa.
Los Blunt llegaron a afincarse en Egipto, y en toda la trayectoria que desarrollaron como compradores de caballos árabes, llegaron a mandar a Inglaterra unos 150 ejemplares. Lady Anne, tras una vida repleta de viajes y aventuras por el desierto con el claro objetivo de vivir en el estado más puro a su amado caballo árabe fallece en 1917, en su casa de Sheik Obeyd, a la edad de 80 años. Su hija Judy, tomó las riendas de Crabbet Park, y en poco tiempo hizo que los caballos criados en Sussex fueran sinónimo de excelencia y selección caballar, como la historia de su madre , la vida y trayectoria de dedicación al árabe por parte de Judy bien merece ser relatada, y honrando la memoria de su madre L. Anne en este caso decidimos diferenciarlas con un punto y seguido, que en otro articulo ampliaremos.
Ya no solo por hablar de caballos árabes, o de los siglos como el XIX y XX, sino por dar mérito a la valentía, el esfuerzo, tesón y superación de una mujer en plena época victoriana, época de hombres y más cuando hablamos de Oriente, de tribus de beduinos y los climas más duros del planeta, ella luchó por demostrar el dicho de... “Hace más quien quiere, que quien puede”, una mujer que a parte de violinista por vocación, atravesó a caballo y a lomo de camello desiertos que ha hombre bien plantados echaron para atrás, sin duda merece nuestro elogio y recuerdo, Lady Anne es un ejemplo extraordinario de mujer que no solo rompió molde en una encorsetada sociedad, si no que supo desenvolverse y marca un mito e historia además de un ejemplo a seguir. Su labor en la creación del P.R.Á actual es indiscutiblemente fundamental.
Quisiera hacer una mención y reconocimiento personal hacía esta mujer, que de cuanto he podido leer, estudiar y aprender en relación al caballo árabe y su entorno quizás pueda decir que su historia de amor por el P.R.Á y de perseverancia en la vida con un claro propósito me parece un inalcanzable ejemplo a seguir, que por épocas, posibles y evolución ya es lamentablemente imposible de disfrutar, ya que ella como nadie vivió al caballo árabe desde su más pura esencia, desde la base de conocerlo en su estado más puro y a partir de ahí crear su propia versión, eso, para mi, si es dar vida a la pasión por y para el caballo árabe.